La persona más pequeña de Ecuador y una de los seres humanos más chicos del Universo vive acaba de cumplir 13 años en medio de la pobreza y la falta de atención médica de este país.
Marjorie Arcentales Moreira, conocida cariñosamente como 'Mayito', mide 67 centímetros, aunque discute con su padre que aumentó un centímetro y “ya mide 68”.
Vive en un pequeño recinto de pescadores artesanales llamado 'La Chorrera', a dos kilómetros del cantón Pedernales de la costera provincia de Manabí.
El Mundo.es llegó hasta el sitio para conocer a esta menudita persona que corre apresurada bajo el radiante sol, desafiando al viento y feliz de ser admirada.
Su especial alegría contagia a los turistas que esporádicamente visitan las playas de la pequeña población compuesta por unas 200 sencillas casas de madera y caña.
Su escaso cabello peinado en finas trenzas define la coquetería de 'Mayito'. Está siempre arreglada y lista para recibir a los clientes de su madre que acaba de instalar un rudimentario comedor frente a la playa.
No hay una estadística médica o científica que demuestre que 'Mayito' tiene el 'récord' de la persona más pequeña de Ecuador porque su caso ha sido muy poco difundido o analizado por médicos especialistas. Pero sin duda su baja estatura la coloca entre los índices de los más pequeños del mundo.
El Nepalí, Khagendra Thapa Magar, con 56 centímetros de estatura intenta su registro en el Libro de Récords Guinness como el hombre más pequeño del universo, mientras la indú Jyoti Amge es considerada la niña más pequeña del mundo con tan sólo 58 centímetros de estatura.
“Nació normal” cuentan sus padres, Pedro y Digna, con un poco de resistencia a conversar con los medios de comunicación. Ellos son de estatura normal (1.75 y 1.55 centímetros) y tuvieron otros tres hijos (15, 11 y 7 años) que proyectan estaturas más altas que las de sus progenitores.
No saben con certeza cuál es la afección de salud que impidió el desarrollo de Mayito. “Ella creció normal hasta los tres años cuando nos dimos cuenta de que no crecía más. La doctora de aquí (Pedernales) nos dijo que estaba afectada de fiebre reumática”, cuenta su padre.
De ahí han sido elementales los exámenes y tratamientos realizados a la pequeña adolescente que desde hace un año comenzó a sentir dolores y deformaciones articulares.
“Otro médico dijo que tenía problemas de tiroides y que por eso no crecía” dice Pedro que no deja de pedir ayuda para que examinen “bien” y traten medicamente a su pequeña. “Estamos orgullosos de nuestra hija, pero también estamos muy preocupados”, señala.
La familia Arcentales trata de sobrevivir y salir de la pobreza. “A veces logramos ganar unos 20 dólares con la venta de la pesca pero otras ocasiones hacemos tres dólares y otras nada” cuenta Digna mientras su rostro se desfigura de tristeza.
Pero 'Mayito' parece no estar afectada, ríe, se contornea al son del ballenato y el regetón que se escuchan por altavoces de un fin de semana playero. Saluda con todos, recibe caricias, se toma fotos y su condición le favorece para ayudar a su tía a vender bocadillos típicos a los turistas.
“A mí todos me conocen, usted pregunta a cualquiera por 'Mayito' y le dicen rapidito donde vivo” comenta con orgullo.
Dice ser “buena estudiante” pero su padre reconoce que tiene problemas de memoria. En la escuela la tienen como una más de sus alumnas y la pasan de nivel escolar. Actualmente está en sexto grado de primaria aunque no sabe sumar y difícilmente lee o retiene información.
'Mayito' sueña con poco. Quiere un componente de música y una cama para poder dormir sola porque comparte el lecho con su hermana mayor.
No piensa en ser doctora, ni abogada, ni periodista. Tampoco le interesa ni le preocupa crecer. Lo que quiere es no sentir los dolores de sus pies que cada vez se vuelven más intensos y llegar a tener su fiesta de 15 años con un glamoroso vestido y muchos invitados. Mientras tanto su diminuto cuerpo seguirá desafiando al viento, al sol, a la arena y a su destino
Marjorie Arcentales Moreira, conocida cariñosamente como 'Mayito', mide 67 centímetros, aunque discute con su padre que aumentó un centímetro y “ya mide 68”.
Vive en un pequeño recinto de pescadores artesanales llamado 'La Chorrera', a dos kilómetros del cantón Pedernales de la costera provincia de Manabí.
El Mundo.es llegó hasta el sitio para conocer a esta menudita persona que corre apresurada bajo el radiante sol, desafiando al viento y feliz de ser admirada.
Su especial alegría contagia a los turistas que esporádicamente visitan las playas de la pequeña población compuesta por unas 200 sencillas casas de madera y caña.
Su escaso cabello peinado en finas trenzas define la coquetería de 'Mayito'. Está siempre arreglada y lista para recibir a los clientes de su madre que acaba de instalar un rudimentario comedor frente a la playa.
No hay una estadística médica o científica que demuestre que 'Mayito' tiene el 'récord' de la persona más pequeña de Ecuador porque su caso ha sido muy poco difundido o analizado por médicos especialistas. Pero sin duda su baja estatura la coloca entre los índices de los más pequeños del mundo.
El Nepalí, Khagendra Thapa Magar, con 56 centímetros de estatura intenta su registro en el Libro de Récords Guinness como el hombre más pequeño del universo, mientras la indú Jyoti Amge es considerada la niña más pequeña del mundo con tan sólo 58 centímetros de estatura.
“Nació normal” cuentan sus padres, Pedro y Digna, con un poco de resistencia a conversar con los medios de comunicación. Ellos son de estatura normal (1.75 y 1.55 centímetros) y tuvieron otros tres hijos (15, 11 y 7 años) que proyectan estaturas más altas que las de sus progenitores.
No saben con certeza cuál es la afección de salud que impidió el desarrollo de Mayito. “Ella creció normal hasta los tres años cuando nos dimos cuenta de que no crecía más. La doctora de aquí (Pedernales) nos dijo que estaba afectada de fiebre reumática”, cuenta su padre.
De ahí han sido elementales los exámenes y tratamientos realizados a la pequeña adolescente que desde hace un año comenzó a sentir dolores y deformaciones articulares.
“Otro médico dijo que tenía problemas de tiroides y que por eso no crecía” dice Pedro que no deja de pedir ayuda para que examinen “bien” y traten medicamente a su pequeña. “Estamos orgullosos de nuestra hija, pero también estamos muy preocupados”, señala.
La familia Arcentales trata de sobrevivir y salir de la pobreza. “A veces logramos ganar unos 20 dólares con la venta de la pesca pero otras ocasiones hacemos tres dólares y otras nada” cuenta Digna mientras su rostro se desfigura de tristeza.
Pero 'Mayito' parece no estar afectada, ríe, se contornea al son del ballenato y el regetón que se escuchan por altavoces de un fin de semana playero. Saluda con todos, recibe caricias, se toma fotos y su condición le favorece para ayudar a su tía a vender bocadillos típicos a los turistas.
“A mí todos me conocen, usted pregunta a cualquiera por 'Mayito' y le dicen rapidito donde vivo” comenta con orgullo.
Dice ser “buena estudiante” pero su padre reconoce que tiene problemas de memoria. En la escuela la tienen como una más de sus alumnas y la pasan de nivel escolar. Actualmente está en sexto grado de primaria aunque no sabe sumar y difícilmente lee o retiene información.
'Mayito' sueña con poco. Quiere un componente de música y una cama para poder dormir sola porque comparte el lecho con su hermana mayor.
No piensa en ser doctora, ni abogada, ni periodista. Tampoco le interesa ni le preocupa crecer. Lo que quiere es no sentir los dolores de sus pies que cada vez se vuelven más intensos y llegar a tener su fiesta de 15 años con un glamoroso vestido y muchos invitados. Mientras tanto su diminuto cuerpo seguirá desafiando al viento, al sol, a la arena y a su destino
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